Para hacer que una conversación sea amena e interesante hay un punto a tener en cuenta y no es el tema de conversación el determinante, sino que el punto consiste en lograr ver una acción que se este realizando en nuestro interlocutor, y como esta acción tiene vinculación directa con un pensamiento conciente o inconsciente, vemos que ahí tenemos el punto inicial. Entonces el paso siguiente es comenzar a comentar sobre la vivencia que aflora de la acción referida expresada en el tiempo presente y se debe inducir a que el tema provenga de nuestro interlocutor de modo natural como por ejemplo fluye el agua cuando abrimos una canilla.
Consiste en inducción conciente por parte nuestra e invitar a nuestro interlocutor o interlocutores a expresar todas las cosas que se están pensando en el ahora, es como permitirle que tenga la posibilidad de expresarlo ya, y como esas ideas están presentes en su mente en el ahora, la mente del ser no se detendrá porque aquí aparece el impulso que llevara al emisor y receptor a generar una esfera de comunicación amena e interesante. Si se logra impulsar con sutileza el impulso aparece porque esta grabado en el ADN.
Solo hace falta la guía inicial o la inducción inicial y el dialogo fluirá.